divendres, 3 d’octubre del 2008

LOS FALSOS TALIBANES - per Cesc Fortuny i Fabré

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Algunas veces la indignación puede más que yo. Procuro que no sean muchas, es decir que intento relativizar a menudo las cosas que me suceden, para no caer en un continuo malestar y no terminar convertido en un enano cascarrabias cualquiera, pero hay veces que me resulta casi imposible contenerme.
No hace mucho estuve leyendo un artículo sobre las supuestas virtudes del “auténtico” arte, de aquel que expresa cosas concretas, del que nos explica, expone, enseña, influye y un largo … es decir, del arte figurativo, concreto y contextual. No es que me molestase la excesiva alabanza proferida a esta forma de crear, lo que me resultó insultante fue la descalificación continua y apabullante que el autor mostraba por cualquier forma de arte abstracto. Concretamente le molestaba la abstracción en la poesía, pero a través de ella, aprovechaba para cargar contra el resto de disciplinas, ya fuesen pintura, literatura, danza, música …
Este discurso no es nuevo, claro. De hecho tengo amigos que lo defienden, con los cuales he tenido ya más de una acalorada discusión. Parece ser que todo aquello que no comprenden desde una perspectiva racional, lógica y estructurada, es totalmente despreciable. Son las típicas personas que se embelesan viendo una exposición de pintura, donde sólo se exponen bodegones y barcas en la playa. Alucinan con la “técnica” que en ocasiones tengo que reconocer que es impresionante. Barcas perfectas, equilibrio perfecto, mensaje concreto … y se horrorizan con aquello que no nos transmite nada por la vía intelectual que no nos cuenta nada concreto, nada en definitiva traducible al lenguaje de las palabras, al lenguaje estructurado.
Lo que no comprenden estas personas, es que el arte siempre ha expresado “algo” que está mucho más allá de lo racional. Lo admirable de Goya, de Mozart o de Machado no está en su “técnica”, sino en ese “algo”. Hay cosas que lo tienen y cosas que no. Un ebanista puede hacer un trabajo ejemplar, precioso, y con una técnica impresionante, pero jamás comunicará o suscitará ese “algo” numinoso, trascendente. Hablamos de artesanía, y no de arte.
Lo precioso del arte, está justamente en eso, en esa capacidad de comunicar lo trascendente. La mayoría de los poemas amorosos que defienden estos abanderados de lo “real”, de lo tangible, son poemas escritos para Dios (léase todo el arte Sufí) y que nunca fueron escritos con la intención de hablar del amor carnal o material por una fémina. Sin embargo esto que condenan sin más, acusándolo de pueril, inmaduro, mal hecho … tiene más de cien años, y les guste o no, fue uno de los cambios más radicales que ha dado el arte desde sus comienzos. En un momento determinado de la historia, un grupo de artistas empezaron a experimentar con la idea de separar la “técnica” de ese “algo” numinoso y trascendente. No sólo intentaron rebelarse y protestar contra un sistema de valores demasiado estrictos, sino que también experimentaron con la pureza de esa sensación trascendente. Quisieron desligar la técnica, el mensaje racional, el contenido, el formato, el contexto, todo. Y empezaron a experimentar. Ni que decir tiene que los orgullosos occidentales, apenas hemos empezado a comprender que en otras culturas esto se ha hecho sin ningún tipo de interrupción desde los orígenes. Por eso los grandes detractores de la abstracción, no pueden experimentar por ejemplo la visión de un mandala, sin ver más allá de las formas geométricas que se representan, lo encuentran bonito, pero no lo comprenden.
Y es precisamente en ese punto donde se sitúa la abstracción, no hay nada que comprender. El arte se debe experimentar, pero no necesariamente comprender.

Estos falsos talibanes, no comprenden que su discurso destierra casi más de cien años de arte; Picaso, Alejandro Jodorowsky, Dalí, Tapies, Miró, Duschamp, Zara, Polloch, Roland Topor, OliverioGirondo, Artaud, Nicanor Parra, Kandinsky, Joan Brossa, Vicente Huidobro, Samuel Bekett, Ionesco, Fernando Arrabal … y todas las disciplinas de vanguardia; Danza contemporánea, expresión corporal, (bailes modernos como el breack dance etc.), pintura abstracta, surrealismo, dadaísmo, grupo pánico, los bitnicks, antipoesía, …
No se dan cuenta de que es demasiado arte a desdeñar, a aborrecer, a apartar de sus enquilosados y anacrónicos esquemas. De un plumazo, se cargan el periodo de mayor producción y combulsión artística de la história del hombre. No comprenden que su discurso, se parece al del que se metió en una autopista en contradirección, y al escuchar en la radio que un loco andaba suelto por la autopista en dirección prohibida exclamó, “¡uno no!, ¡si van todos!”.
Se quejan de que las obras “abstractas” adolecen de técnica, y que por tanto cualquiera puede hacer una. Y lo dicen como algo malo. La destrucción de las barreras que separan el emisor y el receptor, la sustitución de la verticalidad por una horizontalidad sin límites, son uno de los mayores logros de la historia del arte moderno. El arte debe ser popular, debe ser de todos. O no ser, puesto que si queda reducido a una élite, ¿que sentido tiene? si el arte queda reducido a unos pocos, ya no es arte, es dinero, es negocio, es poder.
Para disfrutar de una pintura abstracta hay que decir lo que pedía un matemático griego a sus discípulos: “Que no trasponga sus umbrales quien no sepa geometría.” Sensibilidad, capacidad de síntesis, amor por los grandes silencios, sentido de la armonía, debe hacer disfrutar con la idea, con el sentimiento y/o con la emoción, reconvertidos en línea o color, párrafo, danza, golpe de cincel, celuloide.
Así como para disfrutar de la pintura figurativa concebida como un elevada expresión del espíritu, hay que poseer una alta capacidad para la fascinación, por saber separar la pintura de la fotografía, reconvirtiendo las imágenes de la vida- y de la muerte- en conquistas, plástica y estéticamente, complejas, sencillas, tiernas, imaginativas, en el que cualquier alarde inventivo sea posible.
Puesto que, en realidad, la pintura es sólo eso, pintura. Y la capacidad para manejarla, para transformarla en latidos, para ofrecer magia, para regalar a los ojos ávidos, poesía, es lo que convierte a un pintor en artista.
La pintura figurativa y la abstracción pasaron a significar exactamente lo mismo hace muchos años.
Yo disfruto plenamente cuando me hallo ante un artista diferente, personal, sensible, poético y donde puedo participar del silencio y al mismo tiempo del alboroto que una obra impone en el alma.
La abstracción y lo figurativo, en arte, son como dos toses que nacen de los mismos pulmones: Una del izquierdo y otra del derecho.
Y el que no sepa respirar el aire de ambos pulmones está condenado a asfixiarse artísticamente.

Aproximadamente en enero del 2004 Fernando Pérez del Río, Terapeuta en Proyecto Hombre (Burgos) y Colaborador del Centro Françoise Doltó (Palencia) publicó un estudio, que pretendía establecer las diferencias en el gusto por lo abstracto y por lo figurativo, basándose en la edad de los encuestados.
La hipótesis del estudio era la de comparar las diferencias en las preferencias por el arte figurativo o el arte abstracto y la edad de las personas. Uno de los motivos de esta investigación fue poder decorar los centros acordes al gusto de las personas y optimizar su estancia en los diferentes centros de tratamiento, ya fuesen Asociaciones, Centros u Hospitales. Para verificar estas hipótesis se presentaron 6 estímulos que son 6 cuadros. De estos 6 cuadros, tres de ellos figurativos y 3 abstractos. El sujeto tuvo que escoger el cuadro que más le gustase. Las láminas se presentan todas a la vez, conjuntamente y de forma aleatoria. El análisis adecuado es Chi cuadrado y las tablas de contingencia. Ya Wundt, dentro de la estética experimental planteó dos métodos; método de impresión y selección. Impresión que los objetos exteriores producen en el sujeto. Método de selección, también llamado pluralista o relativo a la comparación, que consiste en interrogar a los sujetos colocados frente a determinados objetos para elegir el que les parece más placentero. En este estudio optaron por la aplicación del segundo método.
Antes de la realización del estudio se realizó una prueba piloto con 20 sujetos para comprobar que las láminas discriminaban por igual. En la realización del presente trabajo se escogieron 6 cuadros (estímulos), tres de estos cuadros figurativos y los otros tres abstractos. Las variables independientes son estos grupos homogéneos. Y la variable dependiente fue la elección entre arte figurativo y arte abstracto.
El total de sujetos encuestados fue de n = 132. Este estudio se realizó en el Complejo Hospitalario San Luis (Palencia). Todos ellos realizaron la encuesta voluntariamente. El estudio se realizó aisladamente. Las edades estaban comprendidas entre los 18 y 90 años.
Es cierto que el estudio no resulta ni mucho menos concluyente, pero aportó datos que ruborizarían a muchos de estos falsos talibanes.
Las variables de personalidad que más influyen a la hora de la preferencia por un determinado arte son sobre todo, búsqueda de sensaciones y abierto a la experiencia. Vemos también, tras un repaso minucioso, Child 1965 en Belver (1989) mantiene que la educación en arte así como la experiencia en arte, el ver museos, influye a la hora de tomar una decisión de gusto. Es decir, los individuos sin formación valoran más el realismo.

También rechazar el arte abstracto, va parejo a tener elevados valores religiosos (católicos, judeocristianos o musulmanes, es decir monoteístas). Los sujetos que les gusta lo abstracto, puntúan más en Test verbales, matemáticos o de composición literaria. Extraer los elementos básicos más fácilmente, detectar un orden. Según la literatura existente, las variables de personalidad que más influyen son; la desinhibición laneurosis y sobre todo la experiencia. Francés (1977) demostró que los obreros rechazan la complejidad. Desde el goce estético teorizamos que también es necesario un cierto grado de sorpresa y posibilidad de reducir la información para así descubrir las relaciones de orden en una configuración estimulante ni demasiado compleja ni demasiado simple y que permita o facilite procesos de reducción.
Una de las conclusiones más destacables es que se pone de manifiesto que los ancianos agradecen un ambiente decorado con motivos figurativos, les gusta más, prefieren una decoración simple, representativa.
La edad influye en el juicio estético. Es necesaria mucha más investigación en este sentido para poder confirmar lo que se obtuvo, pero sin duda resulta muy interesante.
Creo que muchos de los que van por ahí publicando y alardeando de sentar cátedra con su idea del arte, deberían cultivar un poco más de humildad y pensar que hay demasiados artistas, demasiadas culturas, demasiados siglos, y muchas obras creadas dede lo que llamamos abstracción, como para pensar que se trate de una simple mamarrachada.
El arte NO ES TÉCNICA, aunque toda manifestación artística necesite de la técnica para existir.

Cesc Fortuny i Fabré
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